Desde el pasado viernes 30 de septiembre, mi vida se ha
convertido en una auténtica locura involuntariamente. Y aunque no tengo la
obligación de justificarme ante nadie por lo que ha ocurrido, me gustaría
aclarar varios puntos.
Para empezar, quiero agradecer el apoyo y los ánimos de
todos aquellos que me han enviado mensajes y comentarios en Facebook y LinkedIn
y menciones en Twitter.
Una vez dicho esto, quiero destacar que como ya he dicho en
varios medios, ese texto lo publiqué en mi perfil personal y privado de
Facebook para compartirlo con mi familia, amigos, compañeros y personas
cercanas. Todo el mundo tiene derecho a desahogarse por cualquier situación que
esté viviendo. A partir de eso lo publiqué en mi Twitter para mis seguidores de
siempre, unos 300. Sé que Twitter es un lugar público pero lo hice también con
la intención de expresarme.
Mi intención nunca ha sido ni que se convirtiera en viral ni
mucho menos esta locura que está ocurriendo. Tampoco las críticas, aunque cada
uno es libre de pensar lo que quiera.
Si yo escucho a una persona en un bar contándole algo a sus
amigos, no me meto a opinar sobre esa persona, su vida, sus capacidades, su
aspecto o su forma de ser sin conocerla absolutamente de nada. A lo mejor el
raro soy yo.
Sé que lo que más ha llamado la atención es el titular de
eso que han querido llamar “carta pública”. Sí, limpio aseos pero no me dedico
sólo a eso. Como he aclarado en varias ocasiones, soy camarero y esa es una más
de las tareas que hago.
Como dije, no me avergüenza limpiar. Es un trabajo
dignísimo. Del mismo modo que lo es el de camarero o cualquier otro.
Simplemente me quejé de que no estoy trabajando de lo que quisiera y en lo que
me he formado.
No vivo en la miseria, no soy un desgraciado, no paso hambre
ni me lamento de mi existencia hundido en una depresión aunque eso parece que
es lo que ha trascendido. Soy un chico más, que trabaja, que disfruta con sus
amigos en su tiempo libre y que tiene una vida normal. Pero que, como todos,
puede sentir frustración y rabia en un momento determinado.
Estudié Periodismo y Publicidad y Relaciones Públicas. Sí.
Dos profesiones que actualmente no se encuentran en la mejor situación pero quien
me critique por haber estudiado lo que me gusta es que no entiende de pasiones.
Estoy muy orgulloso de haberlas escogido aunque ahora mismo la suerte no nos
sonría.
Quien menosprecia estas carreras o cualquier otra es un
ignorante. Respecto al periodismo, como dijo Hans Christian Andersen “La prensa
es la artillería de la libertad”. Y sin la publicidad, ahora mismo tú no
estarías leyéndome en ese ordenador o smartphone
con la ropa que llevas puesta.
Cursé mis licenciaturas en una universidad privada. Pero no
me han regalado nada como muchos han dicho. Me pagué mis estudios con becas
gracias a mis méritos académicos.
Con el texto que publiqué, me quejaba de la horrible
situación en España, que no es ni más ni menos que la realidad. Más de un 50%
de paro juvenil y miles de españoles yéndose al extranjero. Y no he criticado en
ningún momento al Reino Unido ni a mi empresa. Cobro un salario digno, acorde
con el trabajo que realizo y con lo que se suele cobrar en un trabajo así.
Tampoco he criticado a los británicos aunque se me haya
acusado de eso. En este país he conocido gente maravillosa y, por supuesto, hay
personas que te tratan bien y otras que te tratan mal como en todos los lugares
del mundo.
Y si estoy trabajando de algo que no es lo mío en Londres es
porque en España tampoco encontré nada parecido. Y lo busqué. Llamadme lo que
queráis pero he preferido buscarme la vida en el extranjero antes que
aprovecharme de mis padres.
Muchos me han preguntado el motivo por el que escogí esta
ciudad. La razón por la que vine a Londres fue una beca Leonardo para hacer
prácticas en un diario digital de la ciudad para un periodo de 6 meses y cuando
las finalicé, decidí quedarme buscando trabajo.
Sí, utilicé la palabra “inmigrantes” porque es lo que somos
en un país que no es el nuestro. Con esto sólo quería destacar que nos vemos
obligados a dejar nuestros hogares sin menospreciar la condición de inmigrante
porque es lo que yo mismo soy.
Y respecto a eso, se me ha incluido en el saco de aquellos
que alguna vez han criticado a los inmigrantes en España. Me han llegado a
decir que se “alegran” por lo que estamos viviendo y que nos lo merecemos por
haberlos tratado mal. Jamás he despreciado a un persona por ser inmigrante.
Afortunadamente son muchos más los mensajes de apoyo que he recibido de toda América
Latina. Gracias.
Respecto a las críticas por esperar encontrar un trabajo
relacionado con mis estudios nada más acabarlos, dejadme que os copie una cosa
que dijo un amigo mío ayer mismo: “¿Es tan raro pensar
eso habiendo crecido en una sociedad que no ha dejado de repetirte que te
formes, que te esfuerces y que al final te será recompensado? Dejen sus
falacias de movilización de masas y el sensacionalismo barato a parte. Benjamín
Serra no inventó eso. El sistema es así. Si estudias, si trabajas, si te
esfuerzas, si sudas, en definitiva si luchas duro por lo que quieres, y por
destacar en ello, lo haces por la promesa de la merecida recompensa al final
del camino. Y menos mal. Porque si nos cargamos eso ¿qué tendremos? Un país en
el que nadie moverá un dedo por nada”.
Sin embargo, no quería que me
regalaran nada. Como dije “nadie me ha dado una oportunidad en España”.
Oportunidad. Tener la posibilidad. No es un regalo. Es permitir que los jóvenes
podamos trabajar de lo que queremos. Una simple entrevista de trabajo para
entonces demostrar si valemos o no.
Sé que la experiencia es importantísima
y que por ser bueno estudiante no quiere decir que vayas a ser bueno
trabajando. El problema es que no nos dejan demostrar si somos buenos o no.
Contratos y más contratos de prácticas no remuneradas la mayoría de las veces,
que acaban y como se suele decir: Adiós, muy buenas.
Sé que esto ha trascendido debido a que somos muchos los que
nos encontramos en la misma situación o a que padres que se han esforzado por
que sus hijos se prepararan se han sentido identificados con los míos. O
simplemente porque hay gente que ve que España lleva años viviendo en una
situación insostenible. No he querido ser el abanderado de nadie pero si ha
servido para llamar la atención de esta situación, bienvenido sea este revuelo.
He atendido a los medios hasta que he considerado que esto
me ha sobrepasado. Soy una persona normal y corriente, no un personaje público.
Doy las gracias a todos los medios que se han puesto en contacto conmigo para
que les atendiera, de verdad.
Pero yo nunca he querido ser el protagonista de las
historias, yo sólo quiero contarlas.
Benjamín Serra